Mussolini en la pantalla
- juanterranova
- 2 days ago
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Por @juanterranova //
Hace treinta años, habría sido imposible. Hace veinte, también. Pero hoy, Mubi muestra un Mussolini que no es el villano, sino el líder, más complejo, humano. ¿Se lo ridiculiza? Sí, parece casi obligatorio. Y también es una parte de la historia. Los italianos somos ridículos a veces. Está en nosotros. Pero ¿se lo agrede? No. ¿Se lo denigra? No. ¿Meloni habilitó este retrato? Quién sabe. La serie, sin embargo, está ahí. Un Duce más cerca de Shakespeare que de Pirandello. Un Muss con un poco de Richard III, con algo de Lear, de Hamlet. También Molière. Por lo sutil, histriónico pero agrio. Hay barroco, despliegue y primeros planos. Poco documental pero eficiente y un Luca Marinelli que se hacen una fiesta en cada expresión, que se agranda en cada mirada al que mira. La música, anacrónica, es excelente.

Por supuesto, algunas zonas del relato general aparecen esmeriladas –aunque no tanto– y está el infaltable aceite de ricino. El tío Adolfo tenía los hornos, nuestro Duce, el aceite de ricino: es evidente que hay una diferencia. Y esa diferencia permite la serie.
M, figlio del secolo termina con el desenlace del Caso Matteotti. ¿Una bisagra en la democracia italiana? Todavía falta. ¿Habrá segunda temporada? Si ese final es el final de la serie, el fascismo gana como partido. No llegamos al fascismo totalitario. No hay guerra. El futuro es toda potencialidad. Mussolini triunfa. Asume la crisis. Desafía al parlamento y la oposición hace silencio. Pero ese vacío ¿qué dice? Nos habla. ¿Somos parte de ese silencio reverencial, que dura un instante eterno? ¿Admitimos, nosotros, a Mussolini en el siglo XXI?

La serie se anima a retratar un Duce dramático o bufo, a veces melancólico, siempre enredado en los juegos del poder y saltando hacia adelante con violencia porque el fascismo es violencia. Me animo a decir que el acierto más grande de la serie es no acatar las estupideces que la CIA difundió, con medios casi ilimitados, durante décadas, sobre el fascismo. En este, nuestro mundo, liberal y cobarde, eso ya es muchísimo.//RR.PP.


